El futuro de la ambición no madruga a las 5: cómo redefinir el éxito sin agotarte
- Raul Alberti
- 14 oct
- 3 Min. de lectura
El mito de madrugar: por qué levantarse temprano no garantiza el éxito. Durante mucho tiempo pensé que madrugar era sinónimo de disciplina. Me repetía esas frases que circulan en redes: “mientras tu duermes, otros están trabajando”, “el éxito no espera”, “levantate antes que el sol”.Por un tiempo funcionó: me sentía productivo, incluso poderoso. Pero, con el tiempo, entendí algo importante: estar cansado no es un logro.
La cultura del esfuerzo extremo —esa que glorifica el sacrificio— nos convenció de que si no estamos ocupadas, estamos fallando. Pero la verdad es otra.Y cada vez más voces se están animando a decirlo.
Una nueva generación que redefine la productividad
Hace poco escuché una frase de Taylor Swift que me cambió la perspectiva:
“Pensá en tu energía como si fuera cara, como si fuera un lujo. No todo el mundo puede permitírselo.”
Esa idea —que tu energía vale más que tu tiempo— resume un cambio profundo en la forma de trabajar y vivir. La misma filosofía impulsa a Emily Austen, descendiente de Jane Austen y autora del libro Smarter, que se volvió fenómeno global.
Su propuesta es clara: trabajar con más inteligencia, no con más sacrificio.

Del “Club de las 5 AM” al “Club de
las 8 AM”: una revolución silenciosa
A los 25 años, Emily Austen colapsó. Dirigía una agencia exitosa, pero vivía agotada.Hasta que decidió dejar atrás el mito de la madrugadora perfecta y creó su propio manifiesto: el “Club de las 8 AM”.
Suena casi provocador, pero es puro sentido común. Emily descubrió que rendía mejor cuando respetaba su ritmo natural.
“Durante diez años me levantaba a las 5 y era un desastre. El día que dejé de seguir rutinas ajenas, todo cambió.”
Su libro propone eso: dejar de copiar hábitos ajenos y crear los tuyos propios. La productividad no se trata de horarios, sino de energía, intención y sostenibilidad.
El teatro de la productividad: por qué mostrar no siempre es construir
Vivimos en una era donde estar ocupados se volvió símbolo de estatus. Agendas llenas, cafés fríos, frases de “work harder” y rutinas imposibles. Emily Austen lo llama “adicción a la aprobación”: esa necesidad de demostrar nuestro valor a través del cansancio.
Pero ella lo resume en una observación simple:
“Los fundadores que menos muestran online suelen ser los que más construyen.”
Y tiene razón. Mostrar productividad no es lo mismo que crear impacto.A veces, el verdadero trabajo ocurre en silencio.
Productividad consciente: la nueva ambición
Smarter no es un libro para “hacer menos”, sino para hacer mejor.Los 10 pilares del método —Mañanas, Minutos, Modificar, Mensaje, Maestría, entre otros— giran en torno a una idea: ser más inteligente con tu energía y tus decisiones.
El concepto central no es la perfección, sino el permiso:
Permiso para descansar.
Permiso para avanzar a tu ritmo.
Permiso para redefinir lo que significa éxito para vos.
Porque el éxito sostenible no se construye desde el agotamiento, sino desde la claridad.

Cansadas de medirnos con relojes ajenos
Un informe de McKinsey de 2024 reveló que el agotamiento laboral está en niveles récord, especialmente entre mujeres.Y según AMA 2025, el 55% de las mujeres dice sentirse exhausta frente al 42% de los hombres. No es casual: la cultura de la hiperproductividad tiene género.
Por eso, la propuesta de Emily Austen se siente tan liberadora. No se trata de renunciar a la ambición, sino de reconciliarla con el bienestar.
El lujo de la energía
Hay algo profundamente revolucionario en elegir descansar sin culpa.En decidir que tu valor no depende de cuán temprano te levantes ni de cuántas horas trabajes.
Quizás el futuro de la ambición no madrugue a las 5, sino que empiece a las 8: con descanso, con intención y con la energía suficiente para crear desde la plenitud.
Porque al final, el éxito no se mide por la hora en que empezás el día, sino por cómo lo terminás: presente, entera y con energía para seguir construyendo.

Experiencia propia
Confieso que me identifiqué mucho con eso.Durante años yo también formé parte del “Club de las 5 AM”.Soy Raúl Alberti, empresario, escritor, creador de contenido y CEO de dos empresas. Durante mucho tiempo pensé que el secreto del éxito estaba en dormir poco y estar siempre disponible.
Pero el último año decidí cambiar.Pasé al Club de las 7 AM, y ese pequeño ajuste cambió mi vida.Ahora duermo lo suficiente, practico yoga cada mañana y empiezo el día con energía real. ¿El resultado? Trabajo entre 8 y 10 horas semanales, con foco, claridad y creatividad.Y lo más importante: estoy disfrutando la vida sin perder los beneficios económicos que todos queremos y deseamos.
Aprendí que la productividad no se mide en horas, sino en calidad de energía. Trabajar en modo inteligente es la clave. Si quieres saber como lo he hecho no dudes en dejar tu comentario.




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